Una comedia fuerte y directa, pero aderezada con un tinte irónico que, si bien se trata de un monólogo a cargo de Guillaume Gallienne, nos habla de su adolescencia en particular y de cómo la relación con su madre sobrepasó la complicidad y la gran admiración que siempre tuvo por ella.
Una confesión es lo que nos presenta este filme, hablar en primera persona de la niñez, de la juventud y de ser el blanco perfecto de burlas durante varias etapas de tu vida, y en específico cuando no tienes muy clara tu identidad sexual, es la manera en que lo dice Gallienne. Nos comparte cómo se sintió siempre un niño diferente a sus hermanos, un trato que lo obligó a caer en el diván de un sin fin de psicólogos y una relación mimetizada con su madre que, además, fueron las mejores confidentes y amigas en el camino de su juventud.
A decir del propio director: “El primer recuerdo que tengo de mi madre es de cuando tenía cuatro o cinco años. A la hora de la cena, nos llamaban a mis hermanos y a mí gritando “Chicos, Guillermo, ¡a comer!” y la última vez que hablé con ella, me dijo antes de colgar: “Te mando un beso querida”, así que bueno…digamos que entre esas dos frases, hubo algunos malentendidos” .
Así la vida de Guillaume, con una madre sobreprotectora que no lo suelta desde su niñez hasta la edad adulta, una visión de cómo en varias ocasiones la figura de la madre también es la del padre y no existe mundo alguno que no tenga que ver con la fuerza, la lucha, la dureza y el amor en cascada de una madre, y bueno, el pensar que su hijo es “diferente” sólo complica las relaciones, las actitudes y las etapas de Guillaume.
Un argumento autobiográfico que es muy enriquecedor por la manera en que nos cuenta las etapas de su vida, un relato que puede ser triste y desolador a la vez, pero que llena y cuenta los recovecos de la identidad sexual de una manera muy ingeniosa y clara: el tratarte como señorita, ser la mejor copia de tu propia madre, y enamorarse del mejor amigo del internado, son bastantes cosas para un chico de mediana edad, contada de una manera sencilla.
Está película logra desde los primeros minutos llamar la atención por la forma en que él protagonista nos comparte su interpretación creativa y muy ingeniosa y con la excelente actuación de Guillaume Gallienne que además escribe y dirige este extraordinario filme.
Es de las películas que no debe perderse, haga todo lo posible por llegar a ella y, de verdad, estará ante una entrega que además fue ganadora como mejor película en la pasada entrega de los Premios César y está de más decirle que se llevó todos los aplausos en su paso por el Festival de Cannes de este 2014. |